En cambio, lo que sugiere un grupo de científicos de la University College London (UCL), en Reino Unido, es más bien fijarse en las señales químicas de la vida.
"Creo que la clave para buscar vida
en otros planetas es mirar a las atmósferas en las que no hay un
equilibrio químico, si miras nuestra propia atmósfera desde afuera,
desde muy, muy lejos, lo que ves es un montón de metano en una atmósfera
rica en oxígeno, y no debería haber metano allí", le explicó a la BBC
Jonathan Tennyson, de UCL.
Y la razón de que nuestro metano atmosférico
–que es también un gas de efecto invernadero– esté donde está se debe a
los organismos vivos.
Entre ellos los humanos, sobre todo en la
historia más reciente, pero también las amebas, que han poblado el
planeta desde hace miles de millones de años.
Por eso, la llave para dilucidar una de las
cuestiones que más intriga a la ciencia y que más dispara la imaginación
del resto de los mortales, según Tennyson, hay que buscarla en las
sustancias presentes en la atmósfera.
"En nuestro propio planeta hemos tenido amebas y
bacterias durante miles de millones de años, y radiocomunicaciones solo
en los últimos 100 años, así que si buscamos señales de una ameba habrá
más probabilidades de encontrar algo".
Cómo observar mejor
Para buscar con mejores herramientas esas
huellas, el equipo de Tennyson propone un nuevo detector de metano en
una investigación publicada en la revista científica Proceedings de la Academia de Ciencias de Estados Unidos (PNAS).
"Lo que necesitamos hacer y lo que todavía no
podemos es registrar con todo detalle la luz que sale de los planetas, y
particularmente de un tipo particular de planetas que orbitan frente a
sus estrellas, los planetas de tránsito circular", precisó el
investigador en conversación con la BBC.
"Podemos ver la luz de la estrella a través de
la atmósfera del planeta, y si la registramos en detalle, podemos
empezar a saber de qué está hecho ese planeta".
Con ese fin, los investigadores de UCL
desarrollaron un modelo 2.000 veces más completo que los anteriores para
identificar el rastro de metano en las atmósferas de exoplanetas.
Así elaboraron una lista de casi 10 millones de
líneas espectroscópicas, es decir formas en las que el metano puede
absorber la luz, cada una representando un color distinto.
Como ejemplo, Tennyson y sus colegas dicen que
según su modelo el exoplaneta HD 189733b, que ha sido bien estudiado,
podría tener 20 veces más metano de lo que se estimaba.
Eso no indica necesariamente que este planeta
caliente a 63 años luz de la Tierra tenga vida, con temperaturas de
hasta 930ºC durante el día y abundantes lluvias de vidrio fundido, pero
sirve como muestra de cómo buscar mejor las huellas de las moléculas de
la vida.
Eso, dice Tennyson, ofrecerá muchas más chances de descubrir, al fin, dónde hubo, hay o puede haber vida.
"Creo que es una mejor probabilidad de acertar,
una vez que lo consigamos podemos ver si hay gente interesante viviendo
en ese planeta o si son solo amebas".
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