El más reciente avistamiento de este enorme tiburón blanco ocurrió a
160 kilómetros de la costa de Florida, en el golfo de México, y se
dirigía hacia Texas. Hasta el 5 de junio, otro gran blanco, Betsy, se
ubicaba a unos 225 kilómetros al oeste de Sarasota, Florida.
Los investigadores del grupo no
lucrativo Ocearch detectaron en agosto a Katharine cerca de Cape Cod,
Massachusetts; también detectaron a Betsy, de 4.3 metros de largo y una
tonelada de peso. Cada vez que los tiburones emergen, los rastreadores
que se les implantaron envían señales a un satélite que puede determinar
su ubicación, que se puede ver casi en tiempo real en el sitio web de Ocearch. Hasta ahora, cada uno de estos tiburones ha viajado más de 2,225 kilómetros.
Se estima que Katharine habrá pasado por la desembocadura del río
Mississippi en una semana y entrará a las aguas de las costas de Texas
poco después si mantiene el rumbo actual. Un investigador dice que la
ruta de los tiburones es sorprendente para esta época del año.
"Pensábamos que solo había (tiburones) en el golfo en invierno".
El comportamiento irregular de estos enormes tiburones acompaña a la captura de un inusual tiburón duende en Florida en mayo y al cierre de una playa de Alabama en junio a causa de un enjambre de tiburones.
Afortunadamente para Texas, los científicos solo podrán rastrear
a Katharine conforme se acerque y podrán estar atentos a ella y
a Betsy durante mucho tiempo. De acuerdo con Heuter, "estos rastreadores
pueden durar hasta cinco años. Nos da una perspectiva completamente
diferente respecto a los rastreadores antiguos".
Tal vez los rastreadores serán más útiles de lo que podrían haber
predicho los investigadores en Cape Cod al garantizar que solo se
recuerde a Katharine por su enormidad.
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