A
las 14:20 del 27 de octubre de 1954, mientras se jugaba el partido, en
el cielo florentino aparecieron más de 20 objetos voladores no
identificados. Aparecieron de la nada en formación a alta velocidad
desde el noroeste al sudeste. Según los testigos, algunos tenían la
apariencia de alas de águilas, otros tenían forma de gota y los últimos
en aparecer eran como discos planos de color blancos y brillantes. Al
inicio de la segunda mitad, debido al fuerte zumbido que se podía
escuchar el árbitro se vio obligado a detener el partido.
En la memoria
de todos los presentes están los 11 minutos que duró el extraño
fenómeno, la evolución de los Ovnis llevando a cabo algunas maniobras
acrobáticas y moviéndose en forma de zig zag.
Una misteriosa nieve pegajosa
Tras el
avistamiento, durante más de media hora el estadio del Florencia se
cubrió por una especie de nieve pegajosa que al entrar en contacto con
las manos se desmaterializaba. Un estudiante de ingeniería fue capaz de
recoger una muestra para su análisis en el departamento de química.
El
Profesor Canneri fue el responsable de realizar la espectroscopia de los
extraños filamentos afirmando que se componían principalmente de boro y
silicio. Algunos biólogos sostienen que se trató de una telaraña
producida por una especie de arácnido migrador que aprovecha las
corrientes de aire para sus viajes. Según otros, eran residuos químicos
de los procesos textiles dispersos en la atmósfera. Pero realmente
ninguna de estas hipótesis explicó por qué tal cantidad del “extraño material”
cayó en un mismo punto.
A continuación, el testimonio de uno de los
espectadores del partido que fueron publicados en los medios de
comunicación:
“Tengo un recuerdo vívido y personal, tenía
siete años y mi abuelo me llevó al estadio. Recuerdo que fue un
miércoles y que jugaban los reservas de la liga. Mi abuelo era un
marinero, fue capitán en de un barco comerciante y tenía que regresar a
Génova para embarcarse.
Según recuerdo, la única entrada estaba en las
gradas, sin embargo, yo estaba allí y vi muy bien los discos por encima
del estadio a poca altura. Luego comenzó a caer la extraña nieve, y
tanto yo como otras personas teníamos la curiosidad de saber lo que era.
Entonces, mi abuelo toco esa cosa, pero apenas lo tocó desapareció sin
dejar ni rastro”.
Los jugadores también fueron testigos
Gigi Boni,
jugador del Fiorentina en esos momentos y en años posteriores se
convirtió en el coordinador del club de aficionados, a sus ochenta años
todavía tiene unos recuerdos muy intensos sobre lo que pasó ese día en
el estadio.
“Recuerdo claramente ese espectáculo increíble. Se
movían muy rápido y luego se detenían. Quisiera describirlos como algo
parecido a algo alargado, como un puro.”
Boni nunca ha podido olvidar lo que pasó: “Creo que ellos eran extraterrestres. Eso es lo que creo, no hay otra explicación”.
Ardico Magnini
es una leyenda en la Fiorentina. Él fue un jugador clave en la década
de 1950 y también jugó para Italia en la Copa del Mundo de 1954.
“Me
acuerdo de todo, desde la A a la Z. Mientras estábamos jugando, el
partido se detuvo porque todo el mundo estaba mirando hacia el cielo. Yo
lo que vi era algo que se parecía a un huevo que se movía despacio, muy
despacio. Todo el mundo estaba mirando hacia el cielo y también había
un cierto brillo que descendía del cielo, el brillo era de color plata.
Nos quedamos atónitos, ya que nunca se había visto nada como eso. Nos
quedamos impactados desde el momento en que lo vimos”, recordó Magnini.
Otro de los jugadores fue Tuci, a sus setenta años se siente afortunado de haber sido testigo de un acontecimiento como ese.
“Era
todo tan curioso y estaba muy feliz porque en aquellos años todos
hablaban de los extraterrestres, todo el mundo hablaba de ovnis y
tuvimos la experiencia, lo vimos nosotros, era real. Sé que vino de otra
galaxia.”
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