Es una historia de descarado engaño y un subterfugio sinvergüenza, si
no hubiera sido por las habilidades fotográficas de un solo hombre, el
récord intachable de Brasil de ser el único equipo en haber participado
en cada torneo, habría sido puesto en verdadero peligro.
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La victoria para ya sea Brasil o Chile
en su última eliminatoria en el estadio Maracana los habría llevado a la
Copa del Mundo de 1990. Con 20 minutos restantes, Brasil iba 1-0 y
parecía que iban a calificar, especialmente porque un empate también los
haría pasar.
Entonces, de pronto su mundo se vino abajo.
En el área penal de Chile, el portero Roberto Rojas quedó postrado en
el piso cuando al parecer fue golpeado por una bengala que aún estaba
encendida y echando humo al aire a solo unas pulgadas de él.
Mientras los legendarios brasileños Bebeto, Dunga y Careca observaban
lo ocurrido, los jugadores de Chile se apresuraron hacia Rojas,
llamando furiosamente al personal médico una vez llegaron a donde él
estaba.
La sangre que salía de su cabeza manchó su camisola de color carmesí,
así que Rojas fue sacado del campo; mientras los abucheos llenaban un
Maracana consternado, los árbitros pronto salieron del campo.
"Estaba aterrorizado", dijo a CNN Ricardo Gomes, el capitán de Brasil
en aquel entonces. "Inmediatamente pensé en perder la oportunidad de ir
a la Copa del Mundo. Fue algo terrible".
Quien ahora es un agente del fútbol, Paulo Teixeira estaba trabajando como fotógrafo al lado de la cancha ese día.
"Por muy increíble que parezca, ninguna cámara de televisión captó el
momento en que la bengala se elevó y supuestamente golpeó al arquero",
le dijo a CNN.
"Nosotros los fotógrafos estábamos sentados por la línea lateral y
vimos la bengala acercarse. Me impresionó ver a Rojas rodar y sangrar de
un ojo, ya que el aparato había golpeado el suelo a más o menos un
metro de donde él se encontraba".
Debido a que no había evidencia en televisión o evidencia fotográfica
para demostrar lo contrario, Brasil se encontraba en serios problemas,
pero como lo desconocían por completo, se encontraban en el lado
equivocado de un gran engaño.
En un incidente planeado, Rojas -un arquero muy respetado que en ese
entonces jugaba para el equipo brasileño Sao Paulo- había utilizado una
hoja de afeitar escondida en sus guantes para hacerse una herida en su
propia cabeza mientras se encontraba tendido en el suelo.
Fue el plan más maquiavélico para asegurar la eliminación de Brasil,
pero ninguno en Brasil tenía alguna esperanza de demostrarlo.
A menos que pudieran encontrar evidencia.
"Ahora, por supuesto, con todas las cámaras y teléfonos móviles disponibles, habría sido imposible", dijo Gomes.
"No logré captar esa imagen, y lo mismo ocurrió con la mayoría de
fotógrafos", recordó Teixeira. "Pero había un sujeto a mi lado -Ricardo
Alfieri, un buen amigo- y le pregunté: 'Ricardo, ¿captaste la bengala?'
Me dijo: 'Por supuesto, más o menos 4 o 5 tomas'".
Teixeira inmediatamente se dio cuenta de la importancia de las
imágenes, pero en una época en la que las cámaras grababan las imágenes
en diapositivas, en lugar de digitalmente, aún había obstáculos.
"Ricardo tenía un problema. Había sido asignado por una revista
japonesa y tenía que enviar las películas a Tokio -sin procesar- a la
mañana siguiente, y los japoneses solo confiarían en su laboratorio",
recordó Teixiera respecto a su compañero fotógrafo, quien ahora trabaja
para la Confederación Sudamericana de Fútbol, Conmebol.
"Le dije a Ricardo: 'Escucha, tú eres el único que tienes la
evidencia de que Rojas está mintiendo y cometiendo un engaño. No te
dejaré salir de mi país con esos rollos sin procesar'".
Justo después de que habían abandonado el partido, Teixeira había
observado con asombro cómo un experto chileno le había dicho a una
estación local de radio cómo había visto que la bengala le dio a Rojas, y
de esa forma le dio una puñalada a la espalda desprotegida de Brasil.
"Así que encontré al reportero de la radio y le dije que Ricardo
tenía las imágenes. Puso a Ricardo en vivo al aire y toda la atmósfera
cambió", recordó Teixeira.
"Diez minutos después, el presidente brasileño del fútbol Ricardo
Teixeira [no hay parentesco] entró al vestuario donde se encontraban.
Estaba lívido; su rostro blanco, negro, rojo, amarillo... de todos los
colores.
"'¿Quién tiene los rollos?'", preguntó. Yo los tengo, respondí. Yo
era el mayor activo en la tierra en ese punto, y Teixeira siempre
preguntaba si estaba seguro de las imágenes. Pero yo sabía que podía
confiar en la palabra de Alfieri, porque él era lo mejor".
Así empezó una frenética -e igualmente ansiosa- lucha por ver si las
imágenes realmente demostraban que Rojas había hecho trampa.
"Tomó cuatro horas calentar y preparar el laboratorio. La señora del
laboratorio estaba furiosa, porque la habían hecho llegar a trabajar un
domingo en la noche", dijo Teixiera.
Mientras todo se preparaba en el laboratorio, se intensificaban las
deliberaciones respecto a qué agencia recibiría las fotografías.
Mientras una se oponía a la demanda de Teixeira de cinco mil dólares, la
famosa cadena Globo acordó pagar la suma por las imágenes.
"Cuando las imágenes salieron a luz, había cuatro tomas claras...
iniciando con el aparato que volaba y luego aterrizaba a un metro de
Rojas. Teixiera (el presidente de CBF) Teixeira estaba bastante
aliviado", dijo el agente Teixeira.
Ese lunes en la tarde, Globo dio a conocer la primicia -mostrando
imágenes que demostraban el engaño de Rojas- en un programa llamado
"Jornal Nacional", una copia del cual el jefe de Teixeira de CBF le
mostró a la FIFA después de volar a su sede en Suiza.
Satisfecho por la evidencia documental, el máximo ente mundial del
fútbol le otorgó a Brasil una victoria técnica 2-0 que debidamente llevó
a la nación a la final de 1990.
La FIFA dictaminó que Chile había violado las reglas de salir de la
cancha antes del final del partido, y luego emitió una sentencia final,
en la que suspendió a Chile de la Copa del Mundo de 1994. El máximo ente
del fútbol también emitió una prohibición de por vida para Rojas que le
impedía jugar fútbol, y el entrenador de Chile y el doctor del equipo
recibieron una prohibición similar.
Luego, con solo 32 años de edad, Rojas siguió trabajando en el fútbol
a pesar de eso, y mientras se recuperaba en su país natal de Chile,
llegó ayuda de una fuente inesperada: el mismo Brasil.
"En 1993, el entrenador de Sao Paulo, Tele Santana, y el presidente
del club viajaron a la capital chilena de Santiago para pedirle a
Roberto que trabajara como el entrenador de porteros del equipo", le
dijo Viviane Rojas, su esposa, a CNN.
Rojas no quiso dar una entrevista, ya que no se encontraba bien de salud.
El jugador de 56 años, cuya prohibición de la FIFA fue levantada en
2001, ha estado esperando un trasplante de hígado durante tres años,
después de contraer hepatitis C, y se sometió a una operación de cinco
horas para aliviar la acumulación de líquido en sus pulmones, según
Viviane.
A pesar de sus cuidadosos intentos de negarle a los brasileños lo que
consideran es su derecho deportivo de nacimiento (es decir, jugar en la
Copa del Mundo), Viviane dice que Rojas no recibe animosidad ahora que
viven su vida en Sao Paulo.
"Aquí en Brasil, Roberto siempre ha sido querido", dijo. "Lo más
importante para los brasileños es que él, en sus entrevistas, se ha
transmitido como un ser humano con un buen carácter, y uno muy distinto.
Ha admitido su culpa y ha sido perdonado.
"Demostró su fuerza de carácter a través de su trabajo y luego de
entrenar al arquero del Sao Paulo Rogerio Ceni para convertirse en uno
de los mejores, Roberto también entrenó al Sao Paulo por una breve
temporada en 2003, logrando que el equipo calificara para la Copa
Libertadores".
Los sentimientos de Viviane están respaldados por el ex capitán de
Brasil, Gomes, quien no siente malicia hacia un hombre que podría
haberle robado su única oportunidad de jugar en la final de la Copa del
Mundo.
"Conocí a Rojas muchos años después, y él admitió sus errores. No es
una mala persona, pero ese día tuvo un lapso y tomó una muy mala
decisión", dijo Gomes.
"Chile tenía un plan que habían preparado y era increíble, verdaderamente increíble".
"Lo más extraño es que tenían un buen equipo".
El miércoles, Chile regresó al Maracaná mientras continúan su
participación en la Copa del Mundo de 2014 con su segundo partido del
grupo en contra de España.
Debido a que España perdió su primer partido, mientras Chile ganó el
suyo, sin duda hubo una sorpresa, pero sin los fuegos artificiales del
partido de 1989.
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