se trata del pueblo italiano de Venzone, donde los familiares de los difuntos, paseaban a sus muertos.
Tras la
ceremonia, los más fuertes de la familia abren el sarcófago de la cripta
anexa a la catedral y sacan a su antepasado. Le visten con nuevas ropas
y le engalanan con flores de temporada.
El pequeño cementerio de esta localidad italiana de Venzone; tuvo
que hacer unas pequeñas obras en el cementerio, cuando los obreros
estaban trabajando en este, se percataron que uno de los cuerpos había salido a la luz. Lo que más impresionó a los habitantes de este pueblo fue el estado de momificación totalmente perfecto.
El cuerpo
presentaba casi con toda claridad el aspecto de su rostro, la
putrefacción y descomposición natural no había hecho su trabajo y el
cuerpo parecía conservar un halo de vida eterna en el gesto momificado. En tiempos de proselitismo, fe y doctrina no había hueco para la investigación. "Aquello tenía que ser un milagro".
Le llamaron el jorobado -”la mummia del Gobbo"- porque la postura
petrificada de su anatomía había curvado en exceso su espalda. Era un
antiguo miembro de la familia Scala, los mecenas de las obras de la
misma catedral donde yacía. Un misterio.
Con la invasión napoleónica de 1797 las tropas francesas participaron de
la leyenda mágica y del relicario, arrancando jirones de carne
amojamada del pene del ‘jorobado’ como prenda de suerte y macabro
souvenir afrodisíaco. Los amuletos regresarían a Francia para
promocionar la increíble leyenda de la momia de Venzone. El mismísimo
Napoleón visitó la cripta para admirar el cuerpo apergaminado.
Más sorpresas
Mientras se ejecutaba otra reforma de la necrópolis de la catedral
aparecieron más cuerpos momificados. Y no todos. Las tumbas del número 1 al 10 estaban perfectamente conservadas, con sus cuerpos momificados pero las del 11 a 17 eran polvo de carne con hueso. Inmediatamente los familiares de los fallecidos e incorruptos asumieron la santidad de su obra.
Alguna fuerza superior había decidido que sus seres queridos no deberían abandonar este mundo. Y no era casualidad, ya que solo unos pocos eran los afortunados. Había nacido el mito.
Entre 1825 y 1891 se llegaron a extraer más de cuarenta momias, algunas de las cuales fueron trasladadas al Consejo de Ministros de la Universidad de Padua,
al Museo de Viena o a la iglesia de los Inválidos, en París. Durante
mucho tiempo los cuerpos fueron la atracción del pueblo. El turismo
religioso y morboso para hacerse fotos con ellas se intensificó. Pero la
actividad realmente llamativa no era la de los turistas.
Regularmente sus habitantes desenterraban a sus familiares para retratarse y recordar un pasado glorioso junto a sus rostros aún reconocibles. Fotos paseando, delante de sus antiguas casas, con los nuevos miembros de la familia… Hasta que un terremoto en 1976 acabó con parte de las momias conservadas.
Regularmente sus habitantes desenterraban a sus familiares para retratarse y recordar un pasado glorioso junto a sus rostros aún reconocibles. Fotos paseando, delante de sus antiguas casas, con los nuevos miembros de la familia… Hasta que un terremoto en 1976 acabó con parte de las momias conservadas.
¿Qué dice la ciencia de todo esto?
Vayamos a la ciencia ¿Qué pasó con las momias de Venzone? ¿Por qué unos cuerpos se conservaban y otros no? Hay dos teorías, pero probablemente sea la combinación de ambas las que expliquen el singular fenómeno.
Venzone es una población construida sobre roca caliza, atravesada por
cientos de torrentes de aguas subterráneas muy alcalinas. Una
combinación bastante hostil a la putrefacción. Probablemente las
filtraciones de esta alcalinidad sobre el terreno del camposanto habría
secado aquellos cuerpos más expuestos. Todo acelerado por la acción
enzimática, el PH y los flujos de aire. Algunas tumbas estaban mejor
selladas que otras por lo que no disfrutaron del secado natural. Pero
esto no es suficiente, porque hay muchos entornos con estas
peculiaridades.
Lo verdaderamente singular fue el descubrimiento en las tumbas de la
catedral de un hongo muy poderoso, un antibiótico llamado Hipha
Bombicina Pers. En un medio hostil sin flujo de aire, a una temperatura
constante muy fría, el hongo se comporta como un parásito con la
capacidad de absorber la humedad de los cadáveres de una forma muy
rápida, desecando la materia orgánica susceptible de putrefacción y
preservando la piel como pergamino natural.
Actualmente Venzone ha superado su leyenda pero sigue rentabilizando las
momias. Un pequeño museo en la cripta de la catedral recoge alguno de
los cadáveres olvidados para disfrute del turista morboso.
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