En qué meditamos hoy?
Siempre es importante llevar a la meditación nuestros problemas y nuestras aflicciones, de esta forma llegaremos a la comprensión y esto nos ayudará poco a poco ir disminuyendo su efecto, hasta poder llegar a dominarlas. La mejor manera es prácticar una meditación analítica y luego una reflexiva. A continuación hay un ejemplo como sería en un estado de ira y de odio, pero de esta misma forma y orden, se puede aplicar a cualquier otro problema o en alguna observación que deseemos meditar, como impermanencia, vejez, el dolor de los demás, dentro de muchos otros. Aplicar este tipo de meditación nos ayudará a reforzar nuestra empatía, nuestra compasión. Es una meditación que nos puede ayudar en muchos aspectos en nuestra vida.
Así pues, en la primera parte se realiza una meditación analítica y en la segunda se lleva a cabo una meditación reflexiva.
Si la imaginación nos permite realizar está práctica de visualización debemos reconocer que tiene gran poder. En nuestra vida cotidiana estamos expuestos a muchas situaciones, por ejemplo en el cine o en la televisión donde hay escenas de sexo y violencia. Podemos verlas centrándonos en los efectos que producen y considerarlas como una especie de indicador del que podemos aprender algo. Toda experiencia es una lección.
Cuando meditamos de está forma, en el momento en que nos encontremos dominados por el odio o la ira, está pequeña meditación se nos vendrá a nuestra mente sin darnos cuenta, nos ayudará así a observar nuestra mente y a reconocer cuando las aflicciones están presentes en nosotros y gracias a está observación, ayudará a dominarlas. Esta meditación puede parecer sencilla, pero si sabemos trabajarla puede llegar a ser muy poderosa
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