Existe un dicho popular muy conocido: “En una mujer no hay fealdad, sino belleza rara”. Pues bien, creo que esa misma frase podemos aplicarla también a los hombres (inclusive a los animales) que no son tan “agraciados” ante los ojos de la mayoría de la gente.
Si bien el ejercicio de evaluar la belleza
debe partir por casa, espero que nadie se sienta ofendido con las
imágenes. Después de todo es algo subjetivo y especialmente en el caso
del género masculino va muy de la mano con la simpatía, el encanto, el
mundo interior y la espiritualidad intrínseca, esa que se refleja del
fondo del alma.
Ojo, que no es un ejercicio de bullying por
hacerlo, ni una guerra declarada contra el género propio, pues es sabido
que en gustos no hay nada escrito, tal y como reza el relamido refrán,
pero siempre es bueno hacer un repaso para no olvidar nunca el poder y
la ira de la madre naturaleza cuando se quiere ensañar con alguien.
Bueno,
sin más preámbulos y con las excusas del caso, acá va una selección
personal hecha por su humilde servidor, un feo de estirpe.
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