Por primera vez se ha relacionado un dramático cambio climático global con el impacto en Quebec, Canadá, de un asteroide o un cometa.
El impacto se produjo hace unos 12.900 años, al inicio del periodo Joven Dryas o Dryas Reciente, que marcó un cambio global abrupto a un clima frío, más seco, con efectos de largo alcance sobre los animales y los seres humanos.
En Norteamérica, los grandes animales desaparecieron, incluyendo mastodontes, camellos, perezosos terrestres gigantes y gatos dientes de sable. Sus cazadores humanos, conocidos por los arqueólogos como el pueblo Clovis, dejaron de lado las lanzas de alta resistencia y se volvieron hacia una dieta de subsistencia de cazadores-recolectores de raíces, bayas y caza menor.
“El enfriamiento durante el Dryas Reciente afectó a la historia humana de una manera profunda”, dice el profesor de Dartmouth Mukul Sharma, uno de los coautores del estudio, cuyos hallazgos se publican la próxima semana en la edición digital de ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’. “Las tensiones ambientales también pueden haber causado que los Natufiense se establecieran por primera vez en el Cercano Oriente y paracticaran la agricultura”, subraya este experto.
Sin embargo, Sharma y sus coautores han detectado pruebas concluyentes que conectan un impacto extraterrestre con esta transformación ambiental El informe se centra en esférulas o gotas de roca fundida solidificada expulsadas por el impacto de un cometa o meteorito.
Las esférulas en cuestión fueron recuperadas de capas del Dryas Reciente en Pennsylvania y Nueva Jersey, Estados Unidos, que fueron depositadas a comienzos del periodo.
Los perfiles de la geoquímica y la mineralogía de las esférulas son idénticos a la roca que se encuentra en el sur de Quebec, donde Sharma y sus colegas argumentan que tuvo lugar el impacto.
“Por primera vez, hemos reducido la región en la que se produjo un impacto en el Joven Dryas –dice Sharma_a pesar de que aún no hemos encontrado el cráter”. Existe un cráter fruto de un impacto conocido en Quebec, el cráter Corossal de 4 kilómetros, pero a la luz de la base de los estudios mineralógicos y geoquímicos del equipo, no es la fuente del impacto del material que se encuentra en Pennsylvania y Nueva Jersey.
Se ha escrito sobre muchos impactos en diferentes partes del mundo teniendo en cuenta la presencia de esférulas. “Pudieron haberse producido múltiples impactos simultáneos para provocar los grandes cambios ambientales del Joven Dryas –argumenta Sharma–. Sin embargo, hasta la fecha no se han encontrado cráteres de impacto y nuestra investigación ayudará a realizar un seguimiento a uno de ellos”.
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