La niña Milagros Cerrón Arauco, víctima
del denominado "síndrome de la sirena",
constituye uno de los
tres casos únicos en el mundo de sirenomelía que han sobrevivido más de
una semana desde el nacimiento.
La intervención quirúrgica superó
todas las expectativas ya que los cirujanos peruanos dirigidos por Luis
Rubio solo habían planeado separar sus extremidades inferiores hasta la
altura de la rodilla.
Rubio dijo que espera que en los próximos 2
años la menor pueda empezar a caminar aunque añadió que ella estará
hospitalizada hasta que cumpla los 13 años de edad, ya que se le tiene
que reconstruir el aparato urinario, digestivo y su sexo.
A través
de una pantalla de televisión, los padres de Milagros, Ricardo Cerron y
Sara Arauco, fueron testigos junto a la prensa local y extranjera del
"prodigio" médico, hecho que no impidió que hicieran públicas sus
expresiones de dolor y desesperación, durante la cirugía.
Al
término de la operación, el padre de Milagros de 24 años de edad dijo a
EFE que "es milagroso lo que vivo, pero Dios es grande, porque todo lo
he puesto en sus manos".
La madre, de 20 años de edad, declaró que "aunque soy pecadora, Dios me escuchó y me hizo caso, estoy feliz".
El doctor comentó
que "la pobreza y la desnutrición alteran, de generación en generación,
los genes", en su intento de dar una respuesta a este mal que afecta a
uno de cada 70 mil nacidos con alguna alteración genética.
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