Para los vecinos y  cercanos al lugar se trataba del espíritu de una pequeña que murió en la década del ochenta en una construcción. Tal fue el revuelo que hasta vinieron los yanquis a decir que se trataba de una “combinación de factores ambientales”. Después pasaron Venado Tuerto y Formosa. Ahora, el fenómeno llegó a Olivos.